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IMPACTO DE LA PANDEMIA EN EL SECTOR FINANCIERO

Por Nelson Torres, experto internacional riesgos sector financiero, Panamá.


En un mundo globalizado desde ya hace varios años, en donde los clientes, sean personas naturales o empresas, tienen y hacen uso de productos y servicios en establecimientos financieros y Fintech con presencia local e internacional, las decisiones que han venido adoptando los Gobiernos de los países afectados con la crisis de la pandemia Covid-19, generan por un lado alivio, pero por el otro lado incertidumbre motivada por varios aspectos que abordaré líneas más abajo.

Veamos primero que pasa con las personas naturales. A nivel de cada país, las Superintendencias han emitido regulación cuyo objetivo es el de acompañar las decisiones de cuarentena y protección que el Gobierno ha instaurado. Esa regulación cambia de país en país. Los mensajes de país en país y dentro de cada país, de banco en banco, no han sido claros y ha llevado a que muchos clientes personas naturales valoren o acusen a los bancos, dependiendo de como haya sido el mensaje recibido en los alivios prometidos.


Al principio (segunda semana de Marzo de 2020) los alivios estaban dirigidos a clientes con moras menores a 30 días y préstamos reestructurados que no presenten mora. Como si a quienes no cumplen estas dos condiciones, el impacto de la Pandemia no los hiciera merecedores del alivio. Sesgar las medidas a estos clientes, que en condiciones normales no habían podido cumplir sus compromisos, haría más gravosa su condición y echaría por tierra todos los esfuerzos de recuperación y cobranza negociados con anterioridad. Haría un panorama oscuro de deterioro crediticio con el 100% de seguridad de "Default".

Con el paso del tiempo (la última semana de Marzo de 2020), estos mensajes se han ido aclarando y hoy en día se esta manejando en promedio un período de gracia de entre 90 y 120 días para todos los productos financieros y para todos los clientes sin distinción.

Estos alivios (en algunos casos de plazo, tasa de interés) resuelven el ahora. Pero el después es incierto. Las calificadoras de valores ya han empezado a advertir que los niveles de desempleo se van a disparar sin mencionar el volumen de empresas sobre todo del lado de la Pymes que quebraran ante la imposibilidad de reaccionar a tiempo a este estancamiento en el tiempo.

Veamos que pasa con las empresas. También merecedoras de los alivios, estos solucionan transitoriamente su crisis. Sin embargo, una cosa es resolver el servicio de la deuda inminente y otra cosa es tener flujo para atender necesidades tan apremiantes como la nómina o planilla (ese es el término en Panamá) de sus trabajadores. En Colombia algunos bancos anunciaron préstamos de liquidez para esta necesidad. Sin embargo, bancos del mismo grupo pero en otra geografía no. Sus colaboradores quedan a expensas de los auxilios que el Gobierno entregue. A mi parecer esto manda mensajes equivocados de los Grupos Económicos, que en coyunturas como estás deberían ser uniformes en sus políticas crediticias.

Las empresas también enfrentan ese después incierto. Muchos de sus proveedores, materia prima, insumos no podrán ser suministrados a la misma velocidad que antes y el proceso operativo se verá seriamente afectado. Si no se quiere que el sector productivo se paralice haciendo más gravosa la situación que hoy en día el mundo vive, se necesitará de una esfuerzo coordinado del Gobierno y los bancos, en donde la fortaleza del Grupo Económico se necesita. Estas decisiones deben ser revisadas cuanto antes.

Veamos que le pasa al sector financiero. En países como Colombia, donde existe un Banco Central (Banco de la República) las políticas para el sector están coordinadas con la Superintendencia sobre todo en defensa de la liquidez y la solvencia. Eso no pasa en territorios como Panamá. En el Salvador aunque hay un Banco Central, este no actúa sino desde el lado regulatorio más no garante de la liquidez. Uno de los primeros riesgos con lo que los bancos están lidiando, es el Riesgo de Liquidez. En donde no hay Banco Central, es trabajo de cada banco velar por la liquidez y aquí la supervisión del Regulador es mucho más clave.

Por lo anterior, las capacidades y habilidades de las áreas de Riesgos y las decisiones de la Alta Gerencia en obtener y hacer realidad los planes de contingencia vía líneas de crédito con los bancos corresponsales, esto aunado al monitoreo diario, se hacen super claves. Los bancos experimentaran una baja en sus calificaciones producto de la perspectiva negativa mundial, razón por la cual el acceso a las fuentes de financiamiento donde no hay Banco Central, serán mucho más limitadas.

En resumen, cada actor frente a esta Pandemia enfrenta y enfrentará retos en donde la capacidad de resiliencia y la innovación en tiempos de crisis son un factor de supervivencia.


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