Muchas empresas se ven en la necesidad de buscar recursos financieros que les permitan continuar con su proceso de crecimiento o incursión en otros mercados, entonces, la alternativa más adecuada es hacerlo a través de un proceso de banca de inversión, dentro del cual se incluye la valoración de la empresa. Es común hacer una valoración cuando se quiere salir al mercado de capitales a ofrecer una compañía o cuando se recibe el llamado de inversionistas con intención de participar accionariamente en el negocio. De igual forma, en una escisión empresarial es necesario valorar la parte que se cede y que entra a formar parte de la nueva compañía.
Valorar una compañía también es importante para temas de sucesión, definición de participaciones en grupos empresariales o por el solo hecho de conocer la dimensión de la capacidad patrimonial. De igual forma, cuando algún accionista quiere emprender otros proyectos o gozar de su retiro, se hace necesario saber el valor de su participación para ofertarla a un tercero. Finalmente, las Normas Internacionales de la Información Financiera NIIF, establecen la necesidad de incorporar un valor razonable de la empresa bajo condiciones de mercado.
¿Qué beneficio trae el proceso de valoración para una empresa?
La valoración no sólo indica el valor máximo a pagar por la adquisición de una empresa o el precio mínimo al que debe vender, también sirve como parámetro para reorganizaciones entre grupos societarios, el canje de acciones entre propietarios y como sustento de las partes en conflicto en los procesos de herencias, arbitraje u otros pleitos. Adicionalmente, la valoración apoya decisiones estratégicas como: seguir, vender, fusionarse, crecer de manera orgánica o inorgánica. También es útil para decidir sobre líneas de negocio a continuar, abandonar o potenciar y cuáles son los factores del negocio que crean o destruyen valor.
¿Qué activos se incluyen en el proceso de valoración?
La valoración de una empresa se hace bajo una metodología financiera e incluye todos los activos necesarios para la operación y el funcionamiento normal del negocio: maquinaria, inventarios, equipos, muebles y enseres, así como el capital humano, clientes actuales y el conocimiento o know how que la sustenta.
Algunos bienes pueden tener un tratamiento diferente; en este caso se hace es un avalúo técnico que se incorpora en el valor final de la empresa. Por ejemplo: inmuebles, activos no operacionales, acciones en otras compañías, patentes y otros intangibles.
“Es importante que los empresarios se asesoren correctamente con una Banca de Inversión, pues este proceso no solo implica la valoración de la empresa, sino el soporte estratégico y conocimiento del mercado, tipo de inversionistas, relacionamiento con fondos de inversión, requisitos necesarios, mecanismos de salida, apoyo legal y tributario, entre otros”.
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ANDRES RODRIGUEZ CARRIZOSA
Director asociado de Banca de Inversión y Servicios Financieros para Colombia, con más de 30 años de experiencia en el área de Finanzas Corporativas, Banca de Inversión, Valoración de Compañías, Evaluación de Proyectos de Inversión y Consecución de Recursos Financieros
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